Hoy 14 de marzo se conmemora el Día Nacional contra las agresiones a Sanitarios, un día que trata de dar visibilidad a este grave problema que sufre el colectivo sanitario. ¿Por qué se conmemora hoy? Hace 10 años, tal día como hoy, la residente de familia María Eugenia Moreno, fue asesinada en Murcia por un hombre que descontento con la asistencia recibida volvió armado con una pistola y la emprendió a tiros con ella. Este hecho conmocionó al colectivo sanitario, sin embargo a pesar de las conmemoraciones y concentraciones de rechazo hacia este y otros episodios de agresión cometidos a lo largo de los últimos 10 años, esta problemática no parece haber sido abordada con la profundidad que se merece. Las estadísticas que se presentan anualmente nos dicen que las agresiones a personal sanitario (tanto físicas como verbales) siguen aumentando, los episodios violentos se repiten en el día a día de los centros sanitarios.

Se podría decir que se ha avanzado en las medidas reactivas, en aquellas cuestiones que se deben abordar una vez se ha producido la agresión, quizás también en ciertas medidas de contención con la contratación de personal de seguridad en los centros sanitarios. Sin embargo falta claramente realizar un impulso a las medidas preventivas: aquellas medidas necesarias para que las agresiones no ocurran.  Entre ellas destacan formar a la población con campañas de concienciación y sobre todo formar a los profesionales sanitarios para que sean capaces de visualizar los signos de alarma que preceden a una agresión, aprendan a reconducir una situación hostil, aprendan a huir y a escapar del escenario de agresión mediante técnicas instintivas de autodenfensa. Una formación que para que sea efectiva debe tener un marcado enfoque sanitario que potencie las capacidades inherentes al colectivo y tenga en cuenta las particularidades de su trabajo en sus diferentes áreas. Impulsar un plan de formación de estas características parece un ejercicio mucho más lógico y coherente que encargar cursitos de defensa personal que a la hora de la verdad no servirán absolutamente para nada.

Las agresiones al personal sanitario como a cualquier otro colectivo o sector de la población son un fracaso social abrumador. Como sociedad es inadmisible agredir a las personas que se ocupan de nuestra salud.